A partir de hoy, la obra subirá a escena todos los sábados de marzo y abril a las 22. Es la historia de un grupo de sobrevivientes en un mundo destrozado por la epidemia del miedo.
El grupo de teatro “La rosa de cobre” regresa al escenario. Esta vez, con su nueva producción: “Ensayo sobre el miedo“. La pieza debutará esta noche a las 22 en la sala Cuatro Elementos (Alberti 2742) con un elenco que integran José Luis Britos, Carla Rossi, Belén Manetta, Esteban Padín, Pablo Guzzo, Alejandro Comercci y Cecilia Mesías, con dramaturgia y dirección de Federico Polleri.
Cómo se recordará, el grupo se hizo conocido en el circuito del teatro independiente marplatense hace nueve años, con el debut de “La rosa de cobre (El secuestro de Roberto Arlt)”, más tarde con “Mayo” y luego con “El escapista”.
En los tres proyectos escénicos, Polleri buscó que sus ficciones estuvieran sostenidas por elementos de la historia argentina reciente. Aunque, en esta nueva obra, decidió mirar al futuro, “un futuro distópico”, aclara en diálogo con LA CAPITAL.
“Es un mundo que fue destruido por los miedos, por una epidemia de miedos -narra-. Y en un refugio precario, un grupo de sobrevivientes está tratando de resistir lo que ocurre, con todas las contradicciones que se puede tener en una circunstancia como esa”.
El dramaturgo y también periodista agrega que “Ensayo para el miedo” se inscribe en “la tradición de las ficciones distópicas, de mundos imaginarios que consideramos indeseables, es lo contrario a la utopía, y nos permitió proyectar el mundo en el que vivimos en sus aspectos más preocupantes”.
– ¿Por qué el miedo?
– Es algo que me venía atravesando desde hace tiempo. Hay cruces individuales y sociales para hablar del tema. Es un momento en el que los miedos están jugando un papel muy presente en lo social. Uno ve cómo se fomentan y se estimulan los miedos desde los medios de comunicación, desde la llamada inseguridad, hasta cuestiones políticas.
Las campañas electorales están muy atravesadas por el tema del miedo. Y después cuestiones sociales más generales, creo que el sistema fomenta el miedo a los demás, al otro. El miedo social que está estimulado sobre todo por los medios de comunicación y por los gobiernos neoliberales principalmente. Y era interesante ponerlo sobre la mesa y pensar un proyecto artístico que lo abordase.
– Es tu primera incursión en la dirección, ¿cómo lo viviste?
– En los otros proyectos escribía las obras, actuaba en algunas de ellas y en esta oportunidad tuve la posibilidad de dirigirlas. Fue interesante, un desafío grande y la verdad es que aprendí mucho. Es un grupo de compañeros y compañeras con mucha formación, con experiencia, hacen bien fácil la tarea de dirigir, son unos genios, grandes artistas. Nosotros trabajamos muy grupalmente, de manera colectiva, entonces más allá de los roles individuales nos sentimos muy cómodos. Y el trabajo de dirección fue en coordinación con el escenógrafo Juan Ignacio Echeverría. Fue un proceso interesante de intercambios para ir construyendo lo escenográfico de la obra. Y con Leo Juanes, quien compuso la música original, se dio un proceso muy rico. Nos juntamos con el texto a pensar la música, un poco cruzando los lenguajes de la música y el teatro.
– ¿Hay una decisión ideológica en estrenar en marzo, cuando la temporada de verano está terminando?
– No tiene un significado específico. Tiene que ver con los tiempos de nuestro proceso. El tiempo de trabajo requería esta cantidad de ensayos y de preparación y quedó esta fecha. Nos parece que el teatro independiente de Mar del Plata, afortunadamente, trabaja todo el año.
Cabe señalar que la obra podrá verse todos los sábados de marzo y abril en el mismo escenario. Además, en el proceso de creación, Romina Elvira se encargó de la fotografía de la obra.